lunes, 25 de junio de 2007

Cansada de estar cansada. Qué significan las palabras...

¿Qué significado tiene para ti “estar cansada”?
¿qué significado tiene que te diga que “estoy cansada de estar cansada”?
Qué significado tiene que te diga que hemos tocado fondo, que todo tiene su límite, que no puedo vivir así, que no quiero vivir así.

Durante mucho tiempo he sentido que todas esas expresiones, que esas palabras, para ti, no tenían significado, que estaban vacías. Te negabas a ver lo llenas que estaban, lo sinceras que eran.

Quizá fui yo la culpable de que las vieses vacías xq nunca hice nada, o al menos, nada que cambiase algo.
Al principio me quedaba sin hablarte un día para que entendieses que esas palabras significaban algo de verdad. Luego dejé de hablarte dos días y por último tres. Pero daba igual, todo daba igual.
Alargué la situación todo lo que pude para no enfrentarme a la única solución que veía y q no quería aceptar. Aguanté lo inimaginable. Aguanté lo que siempre te dije que nunca aguantaría (quizá ese haya sido mi error). Todo para nada. Fue inútil alargarlo porque lo que tiene que llegar acaba llegando.

A mi lado hay cosas que tu no puedes cambiar ni aprender. Los dos sabíamos eso y los dos nos negábamos a verlo. En cada intento fallido éramos conscientes de ello, al menos yo. Y…ojalá tu, porque quizá sí que hubieses podido hacer algo en ese momento, en el momento en que “esto” era algo.

Sólo me queda pensar dos cosas: ¿O realmente no eras capaz de cambiar mientras me tenías? ¿o sencillamente no eras consciente de que si no lo hacías más tarde no podrías? No habría un “mas tarde”. Creo que siempre confiaste en ello, que siempre creíste que habría un después, un después para los arrepentimientos, las disculpas, las lágrimas y las reconciliaciones. ¿Pero de verdad pensaste que esos “después” durarían toda la vida? ¿pensaste que nuestra relación podría sustentarse en “después”? No, necesito los presentes. Quiero ser “feliz hoy” todos los días de mi vida, al menos, los más, y no vivir pensando día tras día que ya sería feliz al siguiente.

Me duele tanto todo esto. Y me pregunto ¿Será esta la solución? Creo que si la hay, si hubiese una única solución…sería ésta. Hemos intentado todas, todas menos esta. Es más, creo que llevamos “intentándolo” durante toda la relación, que toda nuestra relación se ha basado en intentos. Intentos por no discutir, intentos por arreglarlos, intentos por ser feliz. Duele decir que todo ha sido un gran intento, pero nada más. Un intento por algo bonito, x lo más bonito de la vida, x nuestro sueño. Ojalá no sea solo eso, un sueño.

lunes, 14 de mayo de 2007

Lugares de la memoria






¿Cuántos pasos hemos podido dar a lo largo de nuestra vida?, ¿miles, millones, billones?, y ¿cuántos lugares hemos podido visitar?, y sin embargo, todos y cada uno de ellos queda guardado en un rincón de la memoria. Y vamos almacenando recuerdos, situaciones vividas, personas que se cruzaron en nuestras vidas, momentos inolvidables en el que el lugar, el entorno, forma parte esencial de ellos.

Pero esos momentos pasan, el tiempo los arrastra consigo, y siguen quedando esos lugares, aunque más vacíos. Creo que al igual que ellos van quedando en nuestra memoria, nosotros inevitablemente formamos parte de su historia. Existe un intercambio inevitable. Pero las personas vamos y venimos y ellos permanecen en su sitio, inmóviles. Quizá esa volubilidad del ser humano sea el motivo por el cual damos tanta importancia a los lugares recorridos. Un día no estaremos en esta vida, pero aquellos lugares donde nos dimos el primer beso, donde conocimos a esa persona tan especial, donde nos encontramos a nosotros mismos disfrutando de nuestra soledad, donde asistimos a esa puesta de sol inolvidable, seguirán ahí, donde han estado siempre, y nosotros no estaremos pero parte de nuestra vida quedará impresa para siempre en este mundo.

Si buscamos en nuestra memoria tendremos miles y miles de acontecimientos vividos, de momentos únicos que no cambiaríamos por nada, y el recordarlos no significa que ya no existan, existen de otro modo, una vez que pasaron... ahí quedan. Cierto día paseando por la orilla del mar inmersa en mis pensamientos, comprendí que yo no estaba haciendo otra cosa, yo no estaba en otro sitio, aquel día yo estaba allí, en aquella orilla del mar, y aunque ya no esté en ella, de algún modo ella aún está en mí.

Aquellas huellas posiblemente se las llevase el mar, o el viento o la lluvia, pero siempre quedarán en la historia de aquellos lugares y aquellos lugares en nuestra memoria.

Considero que el encanto de la fotografía reside en esa capacidad de captar un instante de una vida, de hacer presente la ausencia de un momento, de un lugar, de una persona querida. Un recuerdo más para este baúl sin fondo que es la memoria. La memoria, algo tan mágico que es capaz de arrastrarnos años atrás cuando un estimulo la despierta, algo que actúa por cuenta propia aún sin pedírselo.

Quizá la vida nos parezca larga en algunos momentos, pero si pensamos en que hubo antes que nosotros y en que habrá después, este trayecto se nos queda pequeño. No somos nada si nos comparamos con la existencia de la vida. Somos como esa estrella fugaz que atraviesa el cielo en un segundo y cuando alzas la mirada para verla ya se ha apagado. Pero que no la hayamos visto no significa que no haya pasado, no significa que ese segundo no haya existido. Quizá por ello necesitemos pruebas de nuestra existencia, para que cuando no estemos, el mundo sepa que un día estuvimos.

Los pasos que damos nos van construyendo. Estamos hoy aquí porque los pasos que hemos dado a lo largo de nuestra vida nos han traído hasta este lugar, hasta este momento. ¿Qué seríamos sin nuestro pasado? ¿Quién sería yo sin haber vivido lo que he vivido? Si no hubiese conocido cada uno de los lugares que he habitado a lo largo de mi vida, si no me hubiese cruzado en mi camino con cada una de las personas que he conocido, si hubiese hecho una sola elección distinta a las elegidas ¿Dónde estaría?.

Un solo acontecimiento, un solo minuto, una sola elección puede cambiar toda nuestra vida.

Pero no sólo cabe pensar en el rastro que dejan nuestros propios pies, sino también en las marcas que la vida va dejando en nuestro cuerpo, huellas de algo que ocurrió en algún momento y en algún lugar.

Toda huella nos hace presente una ausencia, la ausencia de algo o de alguien. Aquellas ruinas abandonadas... son todo un misterio que me hacen preguntarme quién habría levantado esos edificios, quién habría vivido en ellos, o quién habría pasado todas las mañanas por delante, camino al trabajo o a su casa. Esos edificios habían formado parte de vidas, como para nosotros lo serán otros que no sabremos cómo quedarán dentro de cientos de años. Pero aquellas ruinas recordarán que una vez fueron algo más.

En conclusión, creo que todo, todo lo que hagamos en este mundo, o más bien, todo lo que es presente en él, de un modo u otro deja huella. Y esas huellas sólo son muestras de la relación existente entre lo que existe y el espacio-tiempo donde se desarrolla.

En este trabajo he querido mostrar mis propios pasos, que no serán otros sino esos. Que no serán en otro momento sino en el realizado, que serán irrepetibles y únicos porque sólo corresponderán a un momento de mi vida.

Beatriz Montiel Tapia



sábado, 12 de mayo de 2007


martes, 8 de mayo de 2007

...Rompiendo las cadenas q yo no elegí, Despojándome de todo aquello q me hicieron creer

Nos hicieron creer q éramos libres sólo por decidir q comer cada día, con quien ir, o cómo vestir. Pero sintieron la obligación de advertirnos que según q alimentos deterioraban nuestra apariencia física, que según que compañías no nos llevarían a ningun lugar bueno y que según como vistieses pensarían de ti una cosa u otra. Nos educaron entre lo que deberia ser y lo q no, lo bueno y lo malo, lo correcto y lo q no lo es. ¿Y quien decidió esos límites?, ¿qué es bueno y q es malo? ¿qué es lo correcto?.

Nos educaron con la obsesión de que lo que pensaban los demás era más importante que lo q tu pensabas, (jajaja, y todavía, ingenuos de nosotros nos decimos…a mi no me importa lo que piensen los demás…) pero te tienes q disfrazar para ir a una entrevista de trabajo o te traten como una señorita en el banco. La mayoria de las cosas q piensas te las callas porque ¿qué van a pensar de ti si no?. Dedicamos horas a pensar cómo deberíamos actuar ante los demás para no salirnos de los cánones de la buena conducta, el ser generoso para q no te llamen egoísta, aunque eso suponga no serlo contigo, el caer bien para no generar rumores que supuestamente “a nosotros no nos importan” etc, Nos educaron creyendo que si eras pequeño tu opinión no contaba porque no tenias experiencia. Que si lloras eres un llorica, q si das la espalda o dices lo q crees eres un mal educado, que si sales corriendo eres un cobarde, que si haces lo q te apetece eres un egoísta, o un desvergonzado.

Ha llegado el momento de romper con todo eso, de que nadie me diga dónde y como, ni si está bien o está mal, de hacer oir mi voz, de romper esas cadenas que yo no elegí, que no existen, sin embargo, como otros creyeron en ellas creen q todos los demás tambien deberíamos regirnos por esos patrones. De deshacerme de todo aquello q otros quisieron creer y quisieron hacerme creer para compartir su frustración de no poder y hacer lo que realmente quieren, y no sentir que son los únicos asfixiados por este absurdo sistema de falsas apariencias. De despojarme de todo aquello que yo no quise ser pero los demás esperaban de mi. De las buenas conductas que aplastan tu verdadera identidad, tus deseos, tus ambiciones, tu verdadero yo. Aquel que rechazamos para no ser demasiado diferentes a los demas, aquel del q renegamos xk pensarian q estamos locos, o somos unos desvergonzados.

¿Pero por qué se empeñan en que vivamos con la vergüenza, el miedo y el qué dirán de nuestro lado?
¿Pero qué hay de malo en ser lo que quieres ser, en hacer lo que a ti te hace feliz?
¿Qué obsesión es esa de guardar la compostura, aparentar lo que no hay y decir lo que quieren oir de ti?

Me he cansado de ocultar lo que quiero, de actuar como se espera de mi, de silenciarme cuando quiero hablar, de sonreir cuando quiero gritar, de gritar cuando quiero paz.

¿Quién nos ha hecho creer que debemos sentir vergüenza de nosotros mismos? ¿Alguien que quiso creer o le hicieron creer que debía sentir vergüenza de él, de sus deseos, de sus emociones, de sus debilidades, de sus torpezas?

Hoy siento una gran satisfacción de poder decir NO. No dejaré que me hagan sentir pequeña aquellos que quieren aparentar q no lo son, no dejaré que me pisotee aquel q fue pisoteado, no me van a callar porque tenga q decir cosas que los demas no quieren oir, no viviré angustiada entre el debería y no debería porque alguien decidió que hay cosas q se deben hacer y otras q no, porque así se lo hicieron creer. No me voy a avergonzar por aquello q los demás si sentirian vergüenza, no voy a reaccionar como los demás creen q tengo q hacerlo, no voy a tener miedo de aquello q otros no se atreven a hacer, no voy a desistir porque otros crean que no voy a llegar. Llegaré hasta donde YO quiera.Voy a ser Libre.

lunes, 7 de mayo de 2007

...Madrid...











Allá donde se cruzan los caminos,donde el mar no se puede concebir,donde regresa siempre el fugitivo,pongamos que hablo de Madrid.

Donde el deseo viaja en ascensores,un agujero queda para mí,que me dejo la vida en sus rincones,pongamos que hablo de Madrid.

Las niñas ya no quieren ser princesas,y a los niños les da por perseguirel mar dentro de un vaso de ginebra,pongamos que hablo de Madrid.

Los pájaros visitan al psiquiatra,las estrellas se olvidan de salir,la muerte viaja en ambulancias blancas,pongamos que hablo de Madrid.

El sol es una estufa de butano,la vida un metro a punto de partir,hay una jeringuilla en el lavabo,pongamos que hablo de Madrid.

Cuando la muerte venga a visitarme,que me lleven al sur donde nací,aquí no queda sitio para nadie,pongamos que hablo de Madrid de Madrid....